sábado, 3 de noviembre de 2018

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (23)

-No me codearía con engendros rocosos de estirpe plebeya como tú, amigo Grima, de no ser absolutamente necesario. He de coger sitio para unos amigos. -El monarca antihumano le enseñó su pizarrín a la Kosa.
-Yo también te quiero, Rayao Negro -dijo la Kosa-. ¿De cuántos amigos estamos hablando?
-La población entera de Attilana, mi abominable camarada anaranjado. Menos mi abuela Cal-Zeta, que ha cogido unas tercianas y se ha quedado en casa con la mantita.
-También te ha llegao el guasap, ¿no?
Rayao Negro asintió majestuoso para ahorrarse escribir en la pizarrilla.
-¿Y cuántos antihumanos hay en Attilana?
-19.887, muerto arriba, muerto abajo -terció Dedusa, aprovechando para coger sitio en la barra.
-Esto... ¿van a caber todos aquí? -preguntó Bumerang-. No se ofenda usted, don monarca, pero igual no hay asientos para todos.
-Ahí le has dao, Bumpy, colega. Además, son civiles. Eso no vale.
-Son antihumanos -dijo Dedusa clavando la mirada en Bumerang-. Tienen poderes, así que son supertipos. No como otros.
-Qué mala baba tienes, Dedusa, hija -le echó en cara la Kosa, poniéndole la manaza en el hombro a Bumerang-. Va, colegui, acábate esa cerveza y luego lloras.
Justo entonces una riada de antihumanos empezó a inundar "El Eskrull Achispado".
-No van a caber -dijo Bumerang, sacando fuerzas de flaqueza-. Ea.
-Así se habla, colegui.
-En "El Eskrull Achispado" siempre quedan cinco mesas libres -intervino la rozagante y tetuda Marlene Milagros de Todos los Santos.
-¿Y eso? -preguntaron al unísono la Kosa y Bumerang.
-AJUM... -respondió el Doctor Rarillo mientras cogía sus dos botellas de cazalla, con una amplia sonrisa de esas que le dan a uno ganas de sacar a pasear los puños.


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