sábado, 29 de septiembre de 2018

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (17)


-¿Cómo lo llevas, tío? -preguntó la Cerilla Humana Original al Hombre Sorbete.
-¿El qué?
-Ya sabes, lo de ser homosexual y todo eso.
-Pues no sé qué te diga. Únicamente que no sé por qué han esperado cincuenta y dos años a hacerlo público. Con lo tranquilico que estaba uno dentro del armario, leñe.
-Igual es una estrategia de márquetin -dijo la Cerilla mientras cogía la lata de Coca-Cola que acababa de servirle Marlene Milagros de Todos los Santos.
-Pues no te diría yo que no, simpático -coincidió Robby Drake, llevándose a la boca su bocata de cervela con cebolla-. Como cuando dijeron que yo era un mutante Omega-3.
-¿Y eso qué es? -quiso saber la Cerilla-. Esta lata es del tiempo.
-Pues que en vez de producir frío, produzco un porrón de frío, pero dicho en elegante. Y eso vende. Mi cervela está poco hecha.
-¿Me enfrías la cola? -preguntó la Cerilla Original.
-Solo si tú me calientas la salchicha -respondió el Hombre Sorbete.
-¡Ajum! -carraspeó alguien que acababa de entrar en "El Eskrull Achispado".
El Hombre Sorbete y la Cerilla Humana Original se giraron para ver al cuarteto de recién llegados: Martinezx el plutoniano, Juanito Tormenta, Ilusión y Jacobo Frisqui.
-Jo, tío, esto es supersuperviolento -susurró Robby Drake a la oreja de su acompañante.
-Ya te digo; que corra el aire. -La Cerilla Humana Original reculó en su silla.



domingo, 23 de septiembre de 2018

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (16)


 "EN LA ESCUELA EN URUÑUELA PARA JÓVENES MUTANTES
MARCADAMENTE ELEGANTES,
LA BESTIOLA AZUL Y PELUDA
MÁXIMAS RECITA CONCIENZUDA:
-MANTÉN EL CULO BIEN PRETO SI VES LLEGAR A MAÑETO.
-DAME PAN Y DIME KALIBÁN.
-NO TE COMAS EL TORREZNO DEL PLATO DE ZORREZNO.
-A TRIPA DE JUGGLERNAUT, PIZCA DE SAUERKRAUT.
-EL VISOR DE CIKLOPE NO ES EN CINEMASCOPE.
-SI NO ERES CABALÍSTICA, OLVÍDATE DE ANIMÍSTICA.
-POCOS ÉRAMOS Y PARIÓ MÁTROX.
-NO POR MUCHO MADRUGAR, HABLARÁS CON LOS SI´HAR.
-CUANDO ROBBY DRAKE SE DESLIZA BAJO, HACE UN FRÍO DEL CARAJO.
-EN CASA DE GUANDA, MARIDO NO MANDA.
-ANTES EMIGRO A LA SALITA DEL PELIGRO."

-¿Qué te parece? ¿Es bueno, eh? ¿Te lo pongo otra vez? -preguntó la Kosa.
-No sé... A mí esto de los PowerPoint no me va mucho, la verdad.
-Va, que te pongo otro. Es pa´ mear y no echar gota, Bombay, colega.
-Oye, a todo esto... ¿aquel de la mesa junto a la gramola no es Robby Drake?
-¿El Hombre Sorbete? Sí.
-¿Y está con la Cerilla Humana?
-No, esa es la Cerilla Humana Original. Juanito Tormenta es el que está entrando por la puerta junto a Martínezx, Ilusión y Jacobo Frisqui.
-¿Cómo sabes que no es al revés? Si las dos Cerillas parecen calcadas.
-¡Por los bigudíes de mi querida tía Petulia! Tengo callo de tanto darle collejas al mamón de Juanito, macho. Lo reconocería con los ojos vendados.
-Ah, claro. A todo esto, no es por malmeter, pero antes me has dejado un poco colgado con Madame Güeb. Con eso de que no ve y tal, lo mira a uno muy raro, recórcholis.
-Ya... ¿Otra cerveza, Bumpy? ¡Dos Radler aquí, María Magdalena!

viernes, 21 de septiembre de 2018

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (15)


-¡Eh, Búmer, colega, vente p´acá! -le hizo señas Ben Grima a su compañero de barra.

-Bueno, yo... Doctor Sillas -Bumerang hizo ademán de estrechar la mano del Hombre Kosa y luego se lo pensó mejor-, mucho gusto en conocerlo a usted. Amigo Minimus, conozco un sastre estupendo y muy económico, en serio... ¿Ojo Falcónido?
-¿Sí? -respondió este último con el morro torcido.
-¿Puedo darte un abrazo? Significa mucho para mí.
-Joderrrr, me pasa por... Venga, va, Bumerang. Acabemos de una vez.

-¿Qué tal ese brazo? -preguntó Bumerang a la Kosa, sentándose en el taburete.
-Casi me lo parte el anormal ese -susurró Grima echando una mirada de soslayo hacia la mesa donde la Maza trasegaba Kongas sin parar.
-Con la de gases que dan... ¿Y por qué le sigues el juego?
-El capullo ese me provoca a nada que me ve y no puedo evitarlo. Si es que es más fuerte que yo. ¿Y tú por qué sonríes, Boomslang? Ni que hubieras pillao cacho.
-Ojo Falcónido acaba de decirme que soy mejor lanzacosas que él -explicó Bumerang, radiante.
-Pues bien, ¿no?
-Ya te digo. Ser el saco de boxeo de Spideyman me ha generado muchas inseguridades personales. Mi autoconcepto y mi autoestima estaban por los suelos antes de entrar en "El Eskrull Achispado". Ahora que estoy con el subidón, tengo que buscarme otro representante, uno que tenga redaños a la hora de darle más fuerza dramática y superheroicidad a mi papel en los tebeos que firma.
-Si los lanzacosas no tenéis pod... O sea, que quieres ser el prota.
-Sí, eso; pero no un prota cualquiera.  Uno atormentado, con magnetismo animal, incomprendido por las masas mediocres que lo rodean y aun así, entregado a hacer el mal. Que me escriba Francisco Millar y me dibuje Alejo Raimundo.
-Anda que no pides tú ni nada.
-Es lo menos. ¿Sabes quién me creó?
-No -dijo la Kosa.
-Stanis Lao y Jackie Kimberly.
-¡No amueles! ¡A mí también! ¿Estás seguro?
-Lo leí en la Wikipedia anteayer. Vamos, que somos hermanos.
-Hombre, visto así... Oye, ¿Has visto este vídeo? -le dijo Grima a Bumerang, mostrándole su esmarfón-. Es la monda.


lunes, 17 de septiembre de 2018

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (14)


Rayao Negro se disponía a abalanzarse sobre Minimus cuando una mano anaranjada de cuatro dedos bien gordos y tirando a rocosa lo cogió del hombro.
-Tranqui, colega. No irás a pegarle a tu hermano -le dijo la Kosa.
-Es justo lo que pensaba hacer, monstruoso aliado de sangre villana -escribió el monarca antihumano en su pizarrín.
-Se te da bien hacer amigos, ¿no?
-Es un poco callado -terció Dedusa, chupándose los dedos.
-¿Vas a hacerle daño a Minimus? ¿Sangre de tu sangre y todo eso?
Por un instante, Rayao Negro y Ben Grima se miraron de hito en hito. A los ojos, vamos. La antena de la frente del monarca antihumano dejó de soltar electrones como loca. Luego una manaza verdosa se posó en el hombro de la Kosa.
-La Maza querer echar pulso con hombre de roca.
-¿Qué? ¡Vamos, hombre, no me j..., Maza! ¿No ves que no es el momento de...?
-Hombre de roca ser cobarde gallina capitán de las sardinas.
-Discúlpame un momento, Rayao Negro. Tú si eso ve hablándolo con Minimus -le dijo la Kosa, soltándole el hombro.
La antena del rey antihumano volvió a crepitar como una velita de esas de chispas. Rayao Negro se acercó a su hermano y lo cogió por las solapas.
-Cuánto tiempo, querido Rayao Negro... Esto, yo ya me iba... A ver si te pasas por casa un año de estos -saludó Minimus.
Rayao Negro lo lanzó al aire y cogió impulso con el puño derecho.
-¡QUIETO!
Todos los parroquianos se giraron hacia la imperativa voz femenina que salía de la barra. También el monarca antihumano, tras congelar a Minimus en el aire a punta de electrones, se volvió hacia Marlene Milagros de Todos los Santos.
-Ya conoce usted las reglas, su señoría -dijo Marlene, los rebosantes pechos sobre el mostrador-.  Y haga el favor de mirarme a la cara, hombre.
Gracias a un oportuno y enérgico capón de Dedusa, el regio antihumano consiguió mirar a la camarera a los ojos. De hito en hito, que decíamos antes.
Desde la mesa del doctor Sillas habríamos escuchado esta conversación; de habernos acercado, se entiende:
-¿Está loca? -bisbiseó Bumerang-. Que Rayao Negro se da de tortas con Zuthanos y le grita al mismo Jalactus, macho...
Ojo Falcónido, a quien la silla se le estaba clavando en las posaderas, se alzó un poco sobre el respaldo.
-Qué va. Tú tranquilo.
Bumerang miró hacia el Hombre Kosa. Este hizo la señal de penalti y expulsión.
-Nada de peleas dentro de "El Eskrull Achispado". Son las normas. Creía que lo sabías -comentó Ojo Falcónido.
-¿En serio crees que soy mejor que tú?
Ojo Falcónido volvió a removerse en la silla.



domingo, 16 de septiembre de 2018

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (13)


-¿No te di yo una paliza en tiempos, Bumerang? -preguntó Ojo Falcónido.
-Eh, me da que sí, pero no recuerdo bien. Me dan muchas -admitió Bumerang mirando hacia el mantel lleno de manchas de vinagre-. ¿Para qué me llamabas? -preguntó por fin, animándose un poco.
-Aquí el Hombre Kosa y yo estamos teniendo una disensión y queríamos saber qué te parece.
-¿Y dónde dices que la tenéis?
-¿El qué?
-La disensión esa. Opinar sin verla tampoco me parece apropiado.
-Ah. Nada, olvídalo. Decía el Hombre Kosa que Flecha Rijosa es mejor que yo. ¿Tú qué crees?
-¡Dónde va a parar usted! Ojo Falcónido le da cien vueltas de aquí a Roma. Y del sombrerito con la pluma mejor ni hablamos.
-¿Y Ojo de Toro? ¿Qué me dices de Ojo de Toro? -quiso saber Ojo Falcónido.
-¿ESE? Es pura fachada. Si es incapaz de atinarle a un ciego a cinco pasos.
El Hombre Kosa gesticuló para instar a Ojo Falcónido a seguir preguntando, pero este se hizo el longuis.
-Que dice el doctor Sillas que por qué no le preguntas si Bumerang es mejor que tú -dijo Minimus en voz muy bajita desde debajo de la mesa.
-¿Quién anda ahí? -se sorprendió Bumerang, alzando el mantel pringoso-. ¡Anda, si es Minimus, el antihumano! ¡Oye, tienes ahí a tu hermano Rayao Negro en la barra! Qué coincidencia, ¿verdad?
Ojo Falcónido y el Hombre Kosa se golpearon la frente con la mano.
Rayao Negro, que acababa de tragarse una aceituna con hueso, escribió en su pizarrín y se acercó hasta la mesa para enseñárselo a Minimus:
-¡Minimus, vergüenza de la gran Attilana, detestable infusorio!
-¡Minimus, apestosa ladilla krii! -dijo Dedusa entre raba y raba.
-¡Minimus, eslabón corroído de la gloriosa cadena antihumana! -exclamó Carnac mientras trataba de cascar una nuez con los dientes.
-¡Minimus, sucia escoria indigna de las nieblas terrógenas! -gritó Gorigon lanzándole unas cáscaras de pistachos.
-¡Minimus...! Minimus, eres... muy malo. ¡Requetemalo! ¡Ahí queda eso! -concluyó Tristón antes de pedir otra de chipirones con salsa picante.

sábado, 15 de septiembre de 2018

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (12)


-¿Ya se ha ido? -bisbiseó Minimus desde su escondite tras la espalda del Hombre Kosa.
-Está distraído en la barra, cascando con Ben Grima -susurró a su vez Ojo Falcónido.
Minimus aprovechó la ocasión para ocultarse bajo la mesa con mantel de cretona a cuadros rojos y blancos.
-¿Qué está pensando el doctor Sillas? -le preguntó Ojo Falcónido.
-¿No me oirá Rayao Negro, no?
-Tranquilo, hombre. Está en la barra tripeando con toda la familia real antihumana al completo.
-Menos yo.
-Bueno, sí, menos tú. Pero tú eres el malo, así que no cuentas.
-Bien que te sirvo de intérprete mental.
-Bien que te pago, no te digo.
-El doctor Sillas piensa -musitó Minimus bajo la mesa- que no has cumplido con tu parte del acuerdo: escogorciar a la Cosa Pantanosa a flechazos, así a grandes rasgos.
-Es que cargarse a un supervillano lo hace cualquiera, pero... -Ojo Falcónido miró hacia su bocatín de tortilla mientras se rascaba el cogote-. La Cosa Pantanosa es de los buenos. Y encima está a punto de estrenar serie para la tele.
El Hombre Kosa escupió un boquerón semidigerido a la par que pateaba la espalda de Minimus a la altura de la quinta vértebra lumbar, justo por encima de los calzoncillos cagaos.
-¡AAAAAAAHHHH!
Por fortuna, Carnac eligió ese preciso instante para partir una nuez de California soltando un berrido justo en la oreja de Rayao Negro. Acto seguido volaron fragmentos de cáscara por todas las mesas.
-Estaba muy dura -se disculpó Carnac ante la concurrencia.
-Cómo quema, cáspita... -se quejó Minimus por lo bajini-. Que el doctor Sillas considera que habría hecho mejor contratando a cualquier otro tiracosas. Ojo de Toro, por ejemplo; o Flecha Rijosa; o ese de la mesa del fondo, el que está pegando la hebra con Madame Gueb, mismamente.
-¿BUMERANG? ¿BUMERANG? -berreó Ojo Falcónido.
-Hola, camarada, ¿cómo va eso? -saludó a la carrera Bumerang, al que le venía de perlas para escaquearse de la mesa de Madame Gueb.

viernes, 14 de septiembre de 2018

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (11)


-Mi buen amigo plebeyo Grima, conocido bajo el nombre de la Kosa entre los miserables humanos, mi regia presencia se conmueve al ver tu monstruosa mole anaranjada de nuevo. ¿Qué ha sido ese alarido? -escribió Rayao Negro con el dedo en el pizarrín que había comprado en los chinos.
-Nada, el Hombre Kosa, que tiene gases -respondió Grima, mirando de soslayo hacia el doctor Sillas-. Yo también te quiero y todo eso, colega -dijo la Kosa-. ¿Cómo tú por aquí? Anda que no ha llovido...
-A mí no me han parecido gases -escribió Rayao Negro, que aunque se hacía el mudo, de oreja iba de perlas, acercándose a la mesa del doctor Sillas.
El Hombre Kosa señaló con ambas manazas fangosas hacia su plato.
-Son los boquerones -aclaró Ojo Falcónido-. Le sientan fatal.
-¿Qué va a ser? -preguntó Marlene Milagros de Todos los Santos desde la barra.
Rayao Negro miró al Hombre Kosa y a Ojo Falcónido un segundo y acabó por darles la espalda y volver junto a Grima. De detrás del Hombre Kosa se escuchó un resoplido que Ojo Falcónido tapó con una pedorreta.
-Debemos decidir qué es lo que tomamos. -Rayao Negro le mostró el pizarrín a Marlene.
-El plural mayestático no te pega, tronco. Eso es más de narradores gilipollas -terció la Kosa.
Sin escribir palabra, Rayao Negro alzó despacio su musculoso brazo hacia la puerta de "El Eskrull Achispado" por la que estaba entrando la familia real antihumana en pleno: Dedusa, Carnac, Gorigon, Tristón, Cristalina y el chucho Manípulas.
-Ahí sí que le has dao, Rayao. Te ha quedao regio, regio. Me quitaría el sombrero, pero me lo robaron anteayer esos mamones de la calle Yanqui.
-¿Qué va a ser entonces? -insistió Marlene poniendo cara larga.
-Un zumo de guanábana y unas aceitunas con hueso para mi augusta figura -le enseñó la pizarrilla Rayao Negro.
-Un Tab y una ración grande de rabas con mucha mayonesa -pidió Dedusa.
-Un agua de Lanjarón y unas nueces de California -dijo Carnac.
-Ginger ale y pistachos para mí, mozuela -pidió Gorigon.
-Yo un gazpacho y chipirones en su tinta -dijo Tristón.
-A Manípulas le pones un pozal de leche semidesnatada y un pernil de ternasco medio hecho -leyó Marlene en el pizarrín.
-Os va a salir la comanda por un pastiñán -dijo la Kosa.
-La familia real no paga un duro -aclaró Marlene, soltando a un tiempo un bufido que hizo temblar sus ebúrneas y estatuarias tetas.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (10)


-¡Por las místicas lunas de Muddosord! -exclamó Esteban Rarillo al ver interrumpida su micción en el urinario central- Veo que vosotros también lo habéis sentido.
-Sí, sí -mintió Jalactus a la par que trataba de contraer la vejiga en el urinario de la izquierda.
-Yo no puedo hacer pis -se lamentó Estrella Plateada desde el de la derecha.
-Ni yo, amigo Estrella -dijo el Doctor Rarillo-. Un ente muy poderoso ha hecho acto de presencia en la posada y nos ha...
-No, quiero decir que no tengo agujero -aclaró Estrella, llevándose las manos a la cabeza.
-Ejem... -dijo Jalactus. Estrella y el Doctor Rarillo giraron las cabezas hacia él.
»...CONTRATO DE HERALDÍA
»En GoZenn-la a 14 de marzo de 1966
»De una parte D. Jalactus, mayor de edad, con NIF 00000000, con domicilio a efectos de notificaciones en Aat Chu, en adelante el DEVORADOR CÓSMICO.
»Y de otra, D. Estrella Plateada, mayor de edad, con NIF ________, con domicilio en Periferia Cósmica, en adelante el HERALDO.
»Se reconocen capacidad legal suficiente para suscribir el siguiente contrato de heraldía en exclusiva, el cual regirase por estas cláusulas:
»256º El HERALDO cede al DEVORADOR CÓSMICO los derechos de reproducción durante los próximos 5 (CINCO) millones de años o hasta el deceso del primero, lo que primero acaezca.
»394º El DEVORADOR CÓSMICO taponará, obturará, transmutará, extirpará, transmogrificará o recortará todo aquel orificio y/o protuberancia sito en la zona urogenital y proximidades susceptible de ser utilizado de cualquier modo o manera que distraiga al HERALDO del cumplimiento de su deber ineludible.
»867º Ítem más: En contrapartida, El DEVORADOR CÓSMICO se obliga a eliminar del cuerpo del HERALDO cualquier sensación enojosa, insoslayable y propia de seres inferiores tal como: incontinencia urinaria, diarrea, estreñimiento, fístulas anales, almorranas, dolor testicular, erecciones matutinas, priapismo, satiriasis, ladillas, etcétera -concluyó Jalactus.
-¿Cómo es que has venido a hacer aguas menores? -se extrañó el Doctor Rarillo.
-Por hacer un poco de esprit de corps y todo eso. No me acordaba de que no podía -gimió Estrella Plateada.
-El HERALDO olvidará su condición cósmica de pureza inmaculada durante el trato con el resto de infraseres del universo para poder comprender siquiera someramente sus miserables existencias. Lo pone en la cláusula 1288º. Si es que no nos leemos lo que firmamos y luego pasa lo que pasa -sentenció Jalactus al tiempo que lograba miccionar por fin.
-Menos gritos, Milagritos, que tú no te acuerdas de mi NIF -le reprochó a Jalactus su HERALD... esto, heraldo.

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (9)


-¡Ajum! -carraspeó la Kosa sin necesidad por tercera vez.
-Pues es bonito este sitio -se arrancó Bumerang.
-A días -dijo Madame Gueb.
-Parece que tardan -comentó la Kosa, mirándose el Casio de la rocosa muñeca.
-Jalactus está bastante mayor -aclaró ella.
-¿Y?
-Problemas de próstata.
-Oiga -se animó Bumerang- ¿cómo hace usted para ver sus cartas? Lo digo por eso de que está ciega y todo eso...
-Las profetizo sobre la marcha.
-¿Y no le supone mucho esfuerzo? -preguntó Bumerang.
-No más que trabar conversaciones idiotas de ascensor.
-¿Podrías profetizarme qué tal llevo la próstata? -le pidió Grima.
-Soy clarividente, no hago milagros. Que te la vea tu proctólogo.
En ese momento, una pesadez ominosa cargada de electrones sumió en el silencio a todos los parroquianos y, en el excusado, al doctor Rarillo se le cortó el chorro. El silencio no tardó en ser roto, primero por el estruendo contra el suelo de baldosa de un plato de boquerones en vinagre y acto seguido, por el berrido de Minimus al tratar de ocultarse apoyándose contra la mohosa espalda del Hombre Kosa.
-¡AAAAAHHHHH! ¡MIS MANOOOOSSS! ¡ME ARDEEEEENNNN!
El doctor Sillas se encogió de hombros mostrando las palmas de sus pantanosas manazas.
-Si es que no escuchas, Minimus -le echó en cara Ojo Falcónido, bajando los pies de la mesa y girándose para contemplar a la regia figura que entraba por la puerta de "El Eskrull Achispado".
-Hombre, Rayao Negro -saludó Grima, yendo hacia el monarca antihumano y dejando colgado a Bumerang con Madame Gueb.
-Esto... parece que va a llover, ¿no? Está el ambiente muy cargado -dijo Bumerang.
-Voy al baño -se excusó Madame Gueb.
-¿A empolvarse la cara?
-Sí. Después de cambiarle el agua al canario.
-Ah. Nada, nada...
El doctor Sillas echó una ojeada al quejicoso Minimus, que se estaba soplando las palmas y luego miró a Ojo Falcónido, apuntándose con el índice hacia la sien y dándole vueltas.
-Se lleva fatal con su hermano.
El doctor Sillas alzó la barbilla y la protruyó dos veces haciendo bailar sus apestosas carúnculas faciales.
-Cosas de familia, amigo Sillas. Que si el trono es mío, que si te lo birlo y te pongo unas cadenas bien gordas, que si me cargo a los papás sin querer, que si aprisiono a los antihumanos en la zona depresiva... El caso es que Rayao Negro no le dirige la palabra a Minimus desde que nació. Y claro, hablando se entiende la gente -bisbiseó Ojo Falcónido para que Rayao Negro no se pispara.