viernes, 24 de mayo de 2019

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (51)

-¡Por los achacosos Guishanti, Duermenmú, te lo suplico! Danos un poco de tiempo para encontrar una solución.
Duermenmú se rascó la lampiña barbilla poniendo la barra del bar perdida de chispas místicas.
-Cómo se nota que luego no limpiamos -le censuró Marlene Milagros.
-A mí me ha caído una chispa en la cerveza... Pero vamos, que no pasa nada, ¿eh? Usted haga lo que tenga que hacer, faltaría más -se apresuró a aclarar Bumerang.
-Debería cobrar los atrasos ya mismo, pero con eso de que soy inmortal y toda la pesca, tampoco es que me corra una prisa loca que digamos. Venga, va. O sea: ¡Sea!
-Ya te la ha colao tu sobrino, hermano. Si es que eres... -le dijo la Maru antes de darle un disimulado pescozón esotérico en la lorza.
-¿Qué vas a hacer, Doctor Rarillo? -quiso saber Ben Grima-. ¿Algún hechizo tuyo de esos raros que tiembla el misterio?
-Convocaré a los más poderosos entes mágicos del universo, amigos y enemigos. La ocasión lo exige -dijo el Doctor Rarillo, trazando con tiza de colores un símbolo cabalístico de esos en el suelo.
-Otro que no tiene que fregar -bufó Marlene.
-¡Por los colmillos del Faralá, implorámoste nos concedas transponer el umbral, porfis! -exclamó Esteban Rarillo haciendo un gesto arcano, muy en su papel-. Venid a mí: Hermano Yuyu, Majica, Daga de Alpaca, Pesadillo, Bruja Escarchada. Comulgad conmigo en cuerpo y alma hasta encontrar una solución.
-Oye, que estás hablando de mi exmujer -le aclaró Ilusión desde su mesa-. Un respeto.
-Eso, eso -dijo la Cerilla Humana Original-. Que la ruptura lo dejó hecho pedazos, hombre.
-¡Yo lo mato! -saltó Ilusión de su silla, la gema de su frente hecha un solete.
-No puedes. La ley de Spottiswoode-Lobanillos no funciona aquí -le recordó Jacobo Frisqui.
-Sí, la que tampoco se aplica a las neveras corrientes con patas -soltó el Hombre Sorbete con muy mala baba, si se me permite añadir.
-MECAGONTODO -coincidieron Ilusión y Jacobo Frisqui.
-Tranquilo, amigo Ilusión. Nos reuniremos los seis en el plano astral.
-A mí eso de comulgar en cuerpo me ha sonado muy mal -dijo Ilusión, volviendo a sentarse de mala gana.
-Es por ambientar el hechizo, hombre. En el plano astral no hay escroto que valga.
-En este plano, sí -gimoteó Estrella Plateada hundido en la barra ante su segunda jarra.
-Quedaos en silencio para no perturbar mi concentración. Un error en este estado podría resultar fatal.
Sin más dilación, el Doctor Rarillo se sentó en su mesa, puso los ojos en blanco y se quedó así.
-No vuelvo a jugar al mus con el idiota este -dijo Madame Güeb al cabo de un par de horas.
Pasadas otras tres horas, el maestrillo de las artes místicas volvió en sí. Su rostro denotaba serena alegría ante la sabiduría hallada.
-¿Ya lo tienes, Esteban? ¿Habéis creado un hechizo molón? ¿Vais a pelear todos los magos con el señor este de aquí tan simpático? -se adelantó a preguntar la Kosa, cogiendo al Doctor Rarillo por su Capa de Evitación.
-No toques, amigo Grima. Mucho mejor que eso, dónde va a parar. La Bruja Escarchada, el Hermano Yuyu, Pesadillo, Majica, Daga de Alpaca y un señor de Burgos que pasaba por allí y nos hacía falta para ser siete hemos deliberado arduamente hasta dar con la solución a nuestro problema.
-¿Cuál?
-Vamos a hacer una colecta.

lunes, 20 de mayo de 2019

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (50)

-¿Lo qué? -preguntó el Doctor Rarillo a su tío político.
-Pues eso. Que este establecimiento está ocupando un espacio ilimitado en mi Dimen... ¡Ay! En nuestra Dimensión Negruzca durante un tiempo incalculable. Eso equivale a un porrón y medio de monedas místicas, más un recargo por construir sin permiso municipal y otro por intentar colármela. Colárnosla. He dicho.
-A mí el Doctor Rarillo me había asegurado que todo estaba en regla -comentó Marlene a Duermenmú desde la barra-. Son naturales. Mis tetas, digo.
-Hombre, tío Duerm... maléfica entidad, "El Eskrull Achispado" es espaciosillo, pero de ahí a ilimitado va un trecho. Y solo lleva abierto dos meses.
-MIRA QUE TE DIJE QUE TE CASARAS CON HILARIO EL DE LOS CEMENTOS, CLETA, HIJA, Y NO CON EL INÚTIL ESTE -dijo la Maru.
-¿? -preguntó sin letras ni nada Esteban Rarillo.
-EN LA DIMENSIÓN NEGRUZCA EL TIEMPO NO SE PUEDE MEDIR -explicó su suegra.
-No lo pillo.
-ASÍ QUE ES INCALCULABLE.
-Ah. Visto así.
-Mamá... -dijo Cleta.
-¿QUÉ?
-No me llames Cleta -se enfadó Cleta-. Y tú, narrador, tampoco, ya puestos.
-SI ES TU NOMBRE, CLETA, RICITOS DE PLATA, HIJA DE MIS ENTRETELAS.
-Podías haberme puesto Cloe, Clío o Cleo, que suenan a colonia de las caras. Pero no -le reprochó Cleta-. De narrador a mamporrero hay un pasito si una toca un par de teclas arcanas. Ojito.
-Tampoco es un nombre tan feo, CletUUUMMMMF -dijo Bumerang.
-Burpy, colega, que te buscas la ruina -le advirtió Ben Grima, quitándole la manaza naranja cuatridáctila de la boca.
-¿Por?
-Es el hipocorístico de su nombre... -explicó el Doctor Rarillo.
-Yo es que poesía leo poca -reconoció Bumerang.
-Yo leo un montón -dijo Carnac, que acababa de llegarse a la barra a pedir otra botella de Lanjarón.
-¿Te gustan los haikus, chiquitín? -le preguntó Jocaspa, que estaba recién aceitada.
-... y como en la Dimensión Negruzca son tan suyos, le pusieron de primer apellido el nombre de su padre.
-¿Es decir? -preguntó una docena de supertipos al unísono.
-Yo lo sé, pero no lo digo -se jactó Madame Güeb.
-Yo también, pero los sofás esotéricos son muy incómodos y te levantas por la mañana hecho fosfatina -dijo el Doctor Rarillo, mirando de soslayo a su señora.
-ANACLETA ORÍN FALTONA. ¿QUÉ PASA? BIEN BONITO QUE ES.
-Esta te la guardo, madre. Al asilo que vas en cuanti que pueda.
La Maru y Ana----- se miraron de hito en hito, que es algo que siempre lo pone a uno muy tenso. Por fortuna, el Hombre Kosa escogió ese momento para levantarse e ir directo hacia Duermenmú. Su mano limosa se alzó hacia el llameante dios, lo cual suscita ciertos interrogantes:

-¿Conoce Duermenmú el miedo? ¿O acaso es solo un exceso de respeto a la Maru?
-¿Arde con el contacto del Hombre Kosa una deidad ya en llamas?
-¿Le gustan a Duermenmú los boquerones?

-Que dice el Doctor Sillas que cuánto es un porrón y medio de monedas místicas en pesetas -aclaró Minimus-. Es que aún no se aclara con los euros.

jueves, 16 de mayo de 2019

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (49)

-Hola, Cleta, amor mío -saludó a su señora el Doctor Rarillo.
-¿No estarás jugando a las cartas con tus amigotes? -le acusó Cleta con un dedo del que brotaron chispas esotéricas.
-No, no... qué va. Qué cosas tienes, cari. Les estaba leyendo el tarot místico a estos señores.
-¿Y qué te revelaban las cartas en este preciso instante? -preguntó Cleta, señalando hacia los duples de sotas-cuatros vueltos del revés sobre el tapete de fieltro verde de la mesa abarrotada de bebidas espirituosas.
-Pues... que los designios del arcano se envuelven en un oscuro velo de sombras y esas cosas.
-Sobre todo para ella, que es ciega -terció Bumerang desde su banqueta en la barra.
-La madre que te parió, lanzacosas de pacotilla -le dijo Madame Güeb.
-Eso ha dolido -se quejó Bumerang.
La Kosa iba a intervenir, pero en ese preciso instante le vino a la cabeza su próstata y optó por dejarlo correr.
-Esa era la idea -aclaró Madame Güeb-. Oye, Doctor Rarillo, siéntate a la mesa de una vez y dile al moñas de Estrella que venga también, que así no hay manera de echar una partidita de mus en condiciones.
-Estoy muy triste -musitó Estrella Plateada sin volverse, acodado sobre su litrona.
-¡AY! -gritó el Doctor Rarillo, frotándose el brazo-. ¿A qué has venido, mi pichurrina?
-¡BASTA! -La estentórea voz de la Maru retumbó por todos los recovecos del Eskrull Achispado.
Rayao Negro, con una sonrisa apreciativa, escribió en su pizarrín de tapadillo, pasándoselo a Gorigon:
-"Averigua si está soltera. A Dedusa, ni mu".
Gorigon asintió y aprovechó la orden real para acercarse al mostrador y pedirle a Marlene Milagros de Todos los Santos otra ración de pistachos.
-Es lo que iba a decir yo... -dijo Duermenmú.
-¡Pues haberlo dicho, hombre! -le reprochó la Maru-. Mucha omnipotencia, mucha omnipotencia pero luego no te impones.
-¿A qué has venido, tío Duerm...? Quiero decir: ¡Por los Guishanti! ¿Qué buscas en este santuario de paz, ente impío? ¿Acaso pretendes arrebatarme mi preciado Ojo de Amaretto? ¿O acaso buscas un portal a la Tierra? El Doctor Rarillo comenzó a conjurar el Escudo del Serafino y los gélidos Vientos de Guachoomb por si acaso. Lo primero era lo primero; de vuelta en su Sancta Casa ya se cuidaría el catarro mediante meditación, ayuno, transubstanciación, Frenadol y mantita de lana.
-NADA DE ESO, SOBRIN... MISERABLE HECHICERO.
-ASÍ ESTÁ MEJOR, TATO -dijo la Maru en voz bien alta.
-¿Mi Capa de Evitación?
Duermenmú negó con la cabeza.
-¿Algún grimorio prohibido? ¿El Darkoldo, el Negrocomilón, el Libro Magno de San Cipriano?
-VENGO POR EL ALQUILER.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (48)

-EH -saludó Duermenmú.
-EH -devolvió el saludo Jalactus alzando la mirada de sus tres pitos-cuatro.
-¿Se conocen? -preguntó Bumerang, acodado en la barra.
-Son del mismo gremio de entes omnipotentes -le explicó Ben Grima-. Tienen unos poderes tan gordos que uno se siente pequeño, insignificante, casi como...
-¿Como yo?
-¡No, no! No quería decir eso, Bumbly, colega. Quería decir como los tíos sin...
-Superpoderes -gimió Bumerang.
-¡Va, colega! Que tú eres un lanzachismes de primera y...
-¡Snif! -snifeó Estrella Plateada, que acababa de acodarse al otro lado de la Kosa.
-Por las barbas de mi bienamada tía Petulia, se me acumula el trabajo. ¿Cómo lo llevas, Estrella?
-Jocaspa me acaba de dejar.
-Ya lo hemos oíd... o sea, ¿qué me dices, compi?
-Por el berzotas de Piños de Sable, nada menos.
-Bueno, yo no me preocuparía mucho. Tampoco es que tuviera mucho futuro vuestra relación.
-¿Por?
-Hombre, ella es un robot y tú no tienes pitorro. Lo teníais chungo para tener churumbeles.
-También podían adoptar -terció Bumerang.
-No es lo mismo. No me estás ayudando, Bumpy, colega.
-La próxima vez que trabaje de Heraldo lo haré en negro. Nada de cláusulas abusivas.
-Hombre, es un apaño. Pero pierdes tiempo de cotización.
-Hay que pensar en el día de mañana -dijo Bumerang.
-Ahí le has dao, coleguita. Tienes que ir preparando un buen colchón pensando en la universidad de tus hij... ¡Huy!
-Los hijos que nunca tendré con Jocaspa. -La cabeza de Estrella se hundió entre sus hombros platino.
-¿Quieres una jarra de cerveza? -le ofreció la Kosa.
-Ajum -se coló en la conversación Toño Starsky.
-¿Qué pasa, Hombre de Lata?
-Yo también estoy muy triste.