-¿Quién hace pies? -preguntó Ben Grima.
-Yo creo que es mejor a piedra, papel, tijera -propuso Bumerang.
-O a pares o nones -sugirió Estrella Plateada.
-Yo seguiría los dictados del Ojo de Amaretto -dijo el Doctor Rarillo.
-¿Y qué te dicta ahora mismo? -preguntó Grima.
-Ahora mismo, lo que se dice ahora mismo, nada.
-Igual no es cosa de esperar a que le salga de las pelotas dictarte algo.
-Pues igual.
-A lo mejor habría que decidir antes quién hace los equipos. Pero vamos, tampoco me hagáis mucho caso. Como si jugaseis al mus conmigo -dijo Madame Güeb.
-AJUM... -dijo Toño Starsky, levantándose-. Eso es cosa mía.
-Sin ánimo de ofender y tal, Hombre de Lata, el bar está lleno de supertipos que podrían encargarse -dijo la Kosa-. Yo mismo, Estrella, Rarillo, Jalactus, Rayao Negro... También podemos llamar al Capitán Norteamérica o al orejón de Namorio si hiciera falta, que están ahora mismo en el Facebook.
-A mí no me has nombrado -se extrañó Bumerang.
-Perdona, Bumbleby, amigo. Estaba pensando más en tipos que tuvieran...
-¿Superpoderes?
-Sí, eso. ¡Huy! Sorry, colega.
-Sniff...
-Es evidente que soy el más indicado -dijo el Hombre de Lata-. Tengo serie regular, crossovers a punta pala, amplia experiencia dirigiendo a los Vindicadores y unos poderes que te caes de espaldas. Además, no he bebido más que zarzaparrilla desde que entré y eso requiere una compensación, sí, señor.
-Yo, como monarca de la estirpe antihumana, tan superior a los patéticos y primitivos humanos, acepto echar pies contigo, Hombre de Lata -escribió en su pizarrín Rayao Negro.
-¿No te parezco patético y primitivo yo también?
-Sí, pero bastante menos, con eso de que eres muchimillonario y toda la pesca.
-Hala pues... -dijo Toño Starsky- Al lío. Oro...
-Que dice Rayao Negro que plata -comentó Carnac.
-Ya me perdonarán ustedes, pero para mí que no son los adecuados para hacer equipos -los interrumpió Bumerang, acabando de sorberse los mocos.
-¿? -preguntaron a la par Toño Starsky y el pizarrín de Rayao Negro.
-Es que no veo yo a don Rayao Negro capaz de liderar a un grupo a golpe de pizarrilla en mitad de un tiroteo láser. Para cuando quiera decirle a cada miembro del equipo lo que debe hacer ya están todos criando malvas.
-Ahí tienes razón, como te llames -dijo el Hombre de Lata-. Va, otro que haga pies conmigo.
-Y a usted tampoco.
-¿Cómo?
-Bueno, verá... Los poderes de usted residen en su armadura, así que estrictamente hablando... usted no es exactamente un supertipo sino un... ejem... tiracosas. Que es algo muy digno y nunca suficientemente valorado, si se me permite añadir.
-¿Estás de broma, chaval? Yo soy un supertipo de primera.
-Ya... ¿Y qué sabe hacer sin su armadura?
-Yo... -Toño Starsky volvió cabizbajo a su mesa-. Otra zarzaparrilla, camarera. Que sea doble.
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