-Hay días en que a uno le dan ganas de dejarlo todo, sentar la cabeza y que atraque bancos otro -masculló Bumerang sin alzar la vista de su vaso.
-Hombre, no. Si todos los supervillanos pensaran así, adiós tebeos. Nadie va a pagar por ver al Capitán Norteamérica sacando los perros o a Dragona Lunar haciéndose las uñas de los pies.
-Pues la Ilusión se echó familia hace poco y lo está petando en su nueva serie costumbrista.
-No durará. Eso es como los gatos cuando comen hierba -aseguró la Kosa, vaciando su jarra-. Otra, tabernera. Y un pincho de tortilla.
Bumerang puso cara de perplejidad y la Kosa se fijó en ella mientras aguardaba a que le llegara su cerveza.
-Sí, amigo Bumi. Aunque los lectores lo que quieren es acción, a veces se empachan de tanta torta, tanta explosión planetaria y demás y se ponen a dieta unos días. Pero no tardan en volver al redil.
-Ah, entiendo. Pero, entonces, ¿por qué no estamos zurrándonos la badana ahora mismo? ¿Qué pensarán los lectores?
-¿Quién ha dicho que nos esté leyendo alguien? -rebatió la Kosa.
-¿No serás gallego? -preguntó Bumerang.
-¿Por qué lo preguntas?
-No, por nada. ¿Seguro que no nos lee nadie?
-Seguro. Estamos entre bambalinas. Lo que ocurre en "El Eskrull Achispado" no sale de aquí.
-¿El currículum oculto, que se dice?
-Yo lo llamo chismorreos, pero vamos, sí -concedió la Kosa antes de girarse hacia su enésima jarra de la tarde.
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