-¿Cuánto hemos reunido, amigo tiraflechas? -preguntó el Doctor Rarillo nada más terminar la colecta.
-Lanzaflechas. Es lanzaflechas. Un poquito de respeto, oiga -le reprochó Oliverio Reina.
-Diecisiete con cincuenta -le hizo saber Bumerang.
-Poca cosa es, por los Guishanti.
-En realidad, diecisiete con cuarenta y ocho, solo que lo he redondeado hacia arriba por la cosa psicológica esa -admitió Bumerang.
-¡Por las peludas huestes de Cerdogodo! ¿Vais a dejar que estas dos criaturas sobrenaturales, aunque sean familia política y les asista la ley, nos quiten "El Eskrull Achispado"? -se alborotó Esteban Rarillo.
-Es que la gente está sin pasta -le informó Bumerang.
-¿Y eso?
-Dicen que había que hacer acopio de priva como fuera antes de que viniera el Hombre de Lata.
-Bueno, ya.
-Yo no he puesto ni un céntimo. Que conste -dejó caer Toño Starsky-. Encima de pelandusca pongo la cama, si os parece.
-Servidor no vuelve a venir aquí. Menudo bochorno -se quejó Damián Hellstrap-. Los dos euros que tenía para el tranvía, no hay derecho.
-Yo estoy pelao -se excusó Martinezx.
-Te ves muy guapo así -le piropeó el Hombre Sorbete.
-Tenga usted, señor don Duermenmú -se adelantó Bumerang con el dinero.
-Ah-ah. Estimado homúnculo desprovisto de poderes y con dudas existenciales, con eso no nos llega ni para un pebetero en condiciones, ¿verdad, Maru? ¿Maru?
-En "El Tlébol Sueltudo" los tienen bien baratos -aseguró Jocaspa-. Pregúntele a Zorrezno cuando lo vea en la calle.
-No seas plasta, hermanito. ¿No ves que estoy hablando con este señor mudo tan guapo todo vestido de negro y con la antenita de electrones en la frente?
-¿Eh? Ah, vale -dijo Oliverio Reina tocándose la oreja-. Oye, Matasanos Forano, que tengo al Doctor Feta hablándome por el pinganillo.
-Hum. Vaya. ¿Y qué dice ese voluntarioso advenedizo de lo arcano?
-Dice que te está oyendo en Dolby Surround por su bola de cristal y que entre bomberos no se pisan la manguera, que está muy feo invocar a supertipos como yo de su universo sin permiso. Y que a Chthon vas, por listo.
-Supertipo, supertipo, tampoco -terció Ben Grima-. Que solo tira cosas. Perdona, Busby, colega, tenía que decirlo. Rarillo no me mola, pero es mi hechicero de cabecera cuando la cosa se pone chunga.
-Ya veo -el Doctor Rarillo se puso a hacer gestos místicos como quien no quiere la cosa a la vez que lanzaba una mirada de reojo a Satán Jr., quien se pispó enseguida.
-¿Has visto qué portal tan chulo acaba de salir ahí a tus espaldas, Saeta Glauca?
-A ver... -dijo Oliverio Reina, girándose-. Pues sí que es bonito, sí...
-¡Hala a escaparrar! -gritó Damián Hellstrap, propinándole un empellón al lanzaflechas con complejo de Robin Hood.
Minutos después de que Flecha Rijosa desapareciera por el portal conjurado por el Doctor Rarillo, la Kosa fue el primero en preguntar:
-¿Dónde están Dedusa, Minimus, Julk y el Caballero Lunático?
-No hay problema, amigo Grima.
-¿No?
-Tengo el hechizo en garantía. Me reembolsan el dinero, por estas -afirmó el Doctor Rarillo, tironeándose de la barbita.
-¿No?
-Tengo el hechizo en garantía. Me reembolsan el dinero, por estas -afirmó el Doctor Rarillo, tironeándose de la barbita.
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