-Bueno, Guanda, hija, tú te lo piensas y ya me dirás. ¡Jalactus, Estrella Plateada, doctor Sillas, Toño Starsky, Rayao Negro, Sasquatchico, Rojijulka, Ilusión y Hombre Sorbete, yo os convoco a todos a la vez para no gastar saliva y líneas de diálogo! Tenéis sillas para todos aquí en mi supermente. Robby, niño, no te me sientes en el sofá que luego me lo dejas perdido de humedad. Jalactus, cuidado con el techo, que me lo rayas con los cuernos del casco.
-Usted perdone, Profesor Porno -se disculpó el Hombre Sorbete, que aún recordaba el porrón de insufis que le había cascado Carlos Francisco Javier cuando estudiaba en su escuela.
-Sí, que aquí el único que puede dejarlo perdido de humedad es el cabeza calvero este -comentó Guanda Minimoff con bastante mala baba, todo hay que decirlo.
-No son cuernos, es el traje regional de mi pueblo.
-Esto es muy incómodo -dijo Ilusión, tratando de no mirar a su ex.
-Sasquatchica. Es "sasquatchica", ojo.
-Simplemente fascinante -comentó el Hombre Kosa a Rojijulka, sentada a su lado en el sofá-: dado que somos constructos mentales, representaciones conceptuales en el nivel telepático, he recuperado el habla y puedo tocarte sin temor a hacerte arder.
-Aunque me tocaras en el plano físico tampoco me ibas a hacer arder, con semejante careto. Pero vamos, tú inténtalo e igual te reviento -le advirtió Rojijulka.
-... -comenzó a decir Rayao Negro.
-No, tú usa el pizarrín por si las moscas -le aconsejó el Profesor Porno-. A ver si mi inmensa bóveda craneal va a hacer de caja de resonancia y la liamos.
-¿Para qué nos has llamado, telépata humano alopécico? -preguntó la pizarra.
-Todos vosotros habéis sido rechazados en la elección de equipos, conque vamos a montar uno propio que va a ser la órdiga para sacarles los colores.
-Yo con estar en los Iluminaos contigo ya voy sobrao -dijo el Hombre de Lata.
-A mí me pasa igual, mis esposas me reclaman. Bueno, y tengo varios mensajes sin contestar de la Maru.
-Yo es que no pienso estar en el mismo equipo que la elementa esa -dijo Ilusión.
-¿A quién llamas elementa? -preguntó la Bruja Escarchada-. ¿A que te parto en dos de un hechizo?
-Tampoco sería la primera vez -dijo Ilusión.
-Servidor tampoco va a trabajar con Jalactus. A todo esto, ¿te ha llegado la demanda de mi abogado?
-No, pero vamos, que cuando me llegue, como soy ultrapoderoso igual me la paso por el forro.
-¿Y tú, Sasquatchico? -preguntó Carlos Francisco Javier.
-Mejor me voy, o si no la tenemos -se despidió Sasquatchica dando un portazo.
-¿Qué le pasa? -se extrañó el doctor Sillas.
-Ha
tenido algún rifirrafe con su identidad sexual de un tiempo a esta parte -le explicó Rojijulka-. A
mí una vez me salió decirle Sasquatchico sin querer y no veas cómo se puso la
tía. Que si me iba a denunciar, que si no tenía ojos en la cara, que si esto
con Alfalpha Fly no pasaba… Ah, una cosa: tú me tocas otra vez y te hago un nudo bien preto con las carúnculas esas que te cuelgan alrededor del cuello, cayo malayo.
-Hala pues, los que estén conmigo, que se queden -dijo el Profesor Porno.
Acto seguido Jalactus, Estrella Plateada, el Hombre de Lata, Rayao Negro, Rojijulka, Ilusión y Guanda Minimoff -estos dos últimos manteniendo la distancia de seguridad- enfilaron hacia la puerta mental del cabezón del profesor Porno. Robby Drake, una vez vio que no le iba a poner nota, no tardó en seguirlos.
-¿Puedo quedarme a vivir aquí? -le preguntó el doctor Sillas, que había descubierto las revistas bajo el sofá.
Esa cabecita que contiene tanto y tanto recrea. Tú haces que mi capacidad de asombro contigo no cese. Eres grande, mimomito bello. Te amo. Felicidades.
ResponderEliminar¡Many thankyous, esposica linda! Te quiero como el hipopótamoamaalahipopotamamama...
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