martes, 28 de abril de 2020

Cuentos de "El Eskrull Achispado" (94)

-Menuda paliza que os hemos propinado, hijo -se jactó Roberto Franco, Zumbadete entre los del gremio-. ¡Tres a cero! Modorrok no ha dado ni una. Primero saca piedra contra papel, luego papel contra tijera y para acabar de rematarla, tijera contra piedra. Si es que no se puede ser más manta.
-Claro, con Madame Güeb profetizando sobre la marcha lo que iba a sacar el cabezudo bracicorto, así cualquiera. Y no me llames hijo, cojostias. Te tengo dicho que mi padre es Mañeto, a ver si te enteras.
-No sabes lo que me duele oírte hablarme así, hijo de mis entretelas. Con lo que yo os quiero a Guanda y a ti, aunque tengas ese carácter.
-¡Y dale con la empentada! Que no somos familia, carcamal.
-Pues bien que me aceptabas los regalos que te enviaba cada cumple.
-A ver. Eso fue hasta que salió a la luz lo de nuestro verdadero papá y más que nada para que los de Amazon no hicieran el viaje en balde, con eso de que vivíamos tan a desmano.
-A tu difunta madre Miss Norteamérica, a mi Madalena, le habría dado un algo y ahora que me fijo, me están entrando taquicardias ante semejante ingratitud. 
-Tú mismo. Di lo que quieras, pero no tenemos nada en común.
-Hombre, los dos somos velocistas.
-Sí, pero yo es porque soy mutante y además me expuse con dos pelotas a las Nieblas Terrógenas, y a ti te mordió una langosta y ya. Para partirse.
-Una mangosta, niño.
-Buf, menuda diferencia, dónde va a parar.
-Di lo que quieras, Pedrito, hijo, pero que sepas que como tu padre que soy, te gano en una carrera sin despeinarme.
-¡Ay qué risa, tía Felisa! ¿Hablas en serio?
-Vaya que sí. Saliendo de esta mesa, damos la vuelta al mundo y el primero que llegue y se beba esta pinta de cerveza, gana. Si soy el primero, vendrás cada año conmigo a ponerle flores a tu querida madre. Si pierdo, reconoceré públicamente que tu papá es el imán con casco ese.
-Mira, así dejarás de darme la barrila con el tema. ¿A quién ponemos de juez?
-Al Hombre Kosa, que es un señor muy serio. ¿A que sí?
El doctor Sillas, que hacía rato que se había acabado los boquerones, asintió con la cabeza.
-Pues cuando nos dé la señal.
El Hombre Kosa se levantó de su silla, alzó la mano, mostró el dedo índice, luego el corazón y por fin bajó el brazo pantanoso dejando el suelo perdido de miasmas. Mercurio salió escopetao.
Zumbadete se lo tomó con un poco más de calma, se acercó a la mesa y cogió la jarra de cerveza.
-Te pago tres raciones de anchoas, una de calamares picantes y otra de olivas con pimiento.
El doctor Sillas alzó el dedo pulgar. Instantes después llegó sudoroso Mercromino, a tiempo de ver cómo se trincaba la Guinness Zumbadete mientras el Hombre Kosa le levantaba el brazo libre.
-¡Me cisco en mi jodivida! ¿Cómo lo has...?
-Aficionado... Cuando seas padre, comerás lentejas. Vete comprando rosas -le dijo Zumbadete, entre trago y trago.

2 comentarios:

  1. Definitivamente escribir humor es cosa seria... y tú lo haces con toda la 'seriedad' de rigor. Eso, y que te amo. Mimomito zumbadete precioso.

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  2. Gracia, momita mercrominitalepapa... Esta entrada es un minihomenaje a mi madre. Te quiero.

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